En estos días de investiduras ya sabemos que en España con el esfuerzo de toda la ciudadanía y recortándolo de nuestro estado de bienestar y nuestros servicios públicos, se van a ahorrar 16.500M€. Un esfuerzo que sin duda haremos de forma abnegada, puesto que ya nos ha quedado claro que gran parte de la culpa es nuestra, o eso dicen ¿no?
Existe un discurso muy extendido que culpabiliza de la situación económica a los ciudadanos y ciudadanas por haber vivido por encima de sus posibilidades. Es necesario desmentir este discurso, por falso (desde un punto de vista lógico) y por injusto (desde un punto de vista social y humano). Es incorrecto desde un prisma estrictamente lógico porque no se puede decir que alguien vive por encima de sus posibilidades por haber accedido a créditos, ya que el mismo hecho de haber accedido a los créditos ya certifica que la posibilidad existía. Por lo tanto, no estaba fuera de sus posibilidades. La posibilidad estaba ahí. Diríamos que alguien se conduce por encima de sus posibilidades cuando procurara saltar desde una azotea con la expectativa de poder volar sobre los techos de la ciudad. Eso es vivir por encima de tus posibilidades, ya que la posibilidad no existe. Los seres humanos no volamos. Volar no está dentro de nuestro marco lógico de posibilidades. Acceder a fórmulas de crédito sí.
Por tanto, no se puede decir lo mismo para lo uno que para lo otro. En conclusión, desde el punto de vista de la lógica estricta, es incorrecto decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Es injusto además ese discurso, desde el punto de vista social y humano, porque -relacionado con lo anterior- no se puede acusar a la gente de acceder a fórmulas de crédito si eso es una posibilidad real que efectivamente está ahí y se ofrece a cualquier ciudadano. Ya hay varias sentencias judiciales que condenan a entidades bancarias por perder los ahorros de una persona en arriesgadas inversiones que no han salido bien, sin que esa persona controlara o pudiera dimensionar -por su falta de información- los potenciales efectos negativos de la operación. Es decir, es como si acusáramos a los insectos de caer en las telas de araña… ¿se les puede acusar de no haber previsto las consecuencias de quedar atrapados en una tela de araña que no han creado ellos? Parece absurdo ¿no?
Lo que pretende este discurso es una especie de generalización de la culpa que busca conseguir que se diluyan las responsabilidades de quienes generaron la crisis financiera, además de encerrar una hipocresía bastante flagrante, ya que se exige a la ciudadanía una especie de control sobrehumano sobre sus impulsos y sus deseos de mejorar en la vida para que ejerzan un control sobre sí mismos casi tibetano, pero, sin embargo, no se dice nada sobre los que de verdad son responsables de la situación: la banca, el capital, la gran patronal, quienes han jugado con un mercado capitalista imperfecto hasta que ha reventado por varios sitios. Sobre esta gente se leen pocas líneas. En cambio, sobre una familia que ha pedido un crédito para comprar una casa se escriben ríos de tinta y se dedican horas de esfuerzo a la escritura para que les quede claro que la culpa es suya por derrochones e incontrolados.
No, vamos a ver. Vamos a ser serios en el análisis de las situaciones. Lo social no se mueve exclusivamente por el mayor o menor impulso o control sobre los deseos de las personas. Hay un factor estructural que hay que contemplar, a saber. Las relaciones económicas, instauran un sistema de acceso al crédito porque ese sistema es el que garantiza que el propio sistema económico se reproduzca. El consumo es un mecanismo de producción de status. Muchos recordaréis como en la época del gran jugador de baloncesto Michael Jordan, este firmó un contrato con Nike, y a partir de ahí no había nadie en Harlem o Chicago que no llevara unas Nike Air Jordan de último modelo. Ni que decir tiene que muchos no tenían capacidad económica para semejante gasto, pero no llevar las zapatillas de su ídolo era inasumible, sobre todo si en la cancha del barrio los demás las llevaban. Ese es el fundamento del capitalismo de consumo: generar deseos que te sitúan en un determinado nivel de status, producir y reproducir relaciones sociales sustentadas sobre los productos de consumo. Detrás de eso, lógicamente, está la financiación a crédito, el pago a plazos. Y, lógicamente, también detrás de eso está la posibilidad de generar endeudamiento en las personas y en las familias. Pero no veo que nadie responsabilice a Nike de generar endeudamiento por sus zapatillas, cuyo coste seguramente era mucho menor que el precio de venta. Es más fácil criticar a los chavales por comprarse las zapatillas con su primer minisueldo o con el dinero de sus padres. Eso es o ser un hipócrita o no saber nada sobre sociedad y consumo.
Y no podíamos dejar de hablar en este post de la financiación a crédito por excelencia, las hipotecas. ¿Alguien cree de verdad que hay muchos españoles capaces de comprar una casa al contado? Va a ser que no. Por tanto, es necesario el crédito hipotecario. Entonces, ¿por qué criticamos a la gente por acceder al mismo, por querer mejorar socialmente, por querer proveerse a sí mismos y a sus familias de una vida mejor y más cómoda? ¿No es esa la esencia del capitalismo? Porque si no existieran esas aspiraciones no existiría consumo, ni demanda, ni competencia, ni mercado. Entonces ¿por qué se critica a los peones que sustentan el sistema?
El problema tal vez no ha sido vivir por encima de nuestras posibilidades, sino poner el precio de las casas por encima de lo que realmente valían para producir márgenes de beneficio inmorales, de los que se beneficiaban también los que concedían -contra su voluntad por supuesto- los créditos a esas familias alocadas e inconscientes. Este es el origen de las hipotecas basura. Este es el origen de la crisis financiera. Después vino la destrucción de empleo y el endeudamiento. Es decir, los mismos que montaron el sistema, lo estiraron hasta tal punto que lo dinamitaron. Vamos a pensar entonces si no estamos equivocando el objetivo de nuestras críticas. Vamos a pensar, si para resolver esta crisis no habría que poder exigir responsabilidades a quien SI que actuó “por encima de sus posibilidades” y sobre todo, que los gobiernos dejen de ceder ante los miserables chantajes capitalistas que actualmente rigen la política en Europa. Habría que poner orden en este disparate, habría que recuperar la Europa por y para los ciudadanos…y acabar con la Europa actual del capital y la banca.
Tan simple como: ¿Es intentar vivir por encima de nuestras posibilidades acceder a la compra de una vivienda, que la misma Constitución marca como un derecho? ¿Se supone que el alquiler de la misma debería ser la alternativa cuando todos sabemos que los alquileres se han encontrado siempre al mismo nivel económico que el pago de una hipoteca? ¿Se trata acaso de que las viviendas a los que se accede son demasiado grandes, con demasiados cuartos de baño y dormitorios y que solo tenían que estar disponibles para quien tiene dinero suficiente? ¿Alguien le ha dicho a los promotores-constructores que las dimensiones de los pisos deberían ser menores? ¿Acaso tener dos cuartos de baño es un lujo en una familia amplia?
ResponderEliminarEn definitiva: ¿No será que estamos siendo víctimas y al mismo tiempo apaleados?
José Manuel Fuerte