miércoles, 22 de febrero de 2012

“25-F”: Jaque a una monarquía corrupta

Sí, sí, amigos, ambos, el rey y el duque, el suegro y el yerno, con el carácter de “presuntos” no se me vayan a enfadar algunos de los escasos “súbditos tontorrones” que todavía le quedan a esta monarquía borbónica llamada a declarar ante los jueces de Mallorca el próximo sábado día 25 de febrero y que aún se creen habitar en un supuesto Estado democrático y de derecho.
Pues sí, bondadoso lector ¡vaya pareja! Dios los cría y ellos se juntan. Aunque en este caso concreto, el advenedizo duque de atrezzo que nos ocupa, el tal Urdanga, que lleva meses arrastrando la imagen de la muy noble y bella ciudad de Palma de Mallorca por el lodazal de su ambición desmedida y su caradura integral al portar todavía en su despreciable currículo el título que, sin consultar para nada a su ciudadanía, le otorgó en su día su, asimismo, despreciable suegro real (esperemos que pronto las fuerzas vivas mallorquinas exijan sea desposeído del mismo) no se ha juntado a su padre político, el inviolable e irresponsable rey golpista, Juan Carlos I, por vía directa (o sea peloteril, bufonesca, cortesana, de valido todopoderoso…) sino por vía de bragueta, a través de los buenos oficios de su hija menor, la “dulce Cristina” (seguramente acabará como la otra “dulce” de triste recuerdo, la Neus, “asesinando” por razones de Estado al esposo trincón) que tuvo a bien enamorarse como una colegiala de los musculitos del antiguo balonmanista de elite.

No me gustaría exagerar, en estos especiales momentos en los que el país discurre por los espacios políticos y sociales en evidente rumbo de colisión o, si se prefiere, con las revueltas en la calle pisándole los talones, en un tema tan especialmente sensible como este que comento porque los que nos dedicamos a la ardua tarea de contar la historia, sobre todo los militares que estudiamos la vida y milagros de reyes, generales, validos, líderes sociales y visionarios de toda laya que, de la mano de monstruosas guerras y genocidios despreciables, engendran reinos, imperios, civilizaciones, repúblicas y dictaduras más o menos cavernícolas, debemos ser prudentes, cautelosos, humildes y, desde luego, nada dados a la hipérbole histórica, pero creo sinceramente (ya veremos si luego los acontecimientos judiciales por venir me dan la razón) que lo que va a ocurrir el próximo día 25 de febrero (un nuevo y mediático “25-F”, sin duda) en el Juzgado nº 3 de Palma de Mallorca representa un hito social y político sin precedentes en la variopinta historia de España.
Nunca en este país, si la memoria o mis escasos conocimientos de la misma no me fallan, un juez se había atrevido a encausar, a llamar a los tribunales, a imputar nada menos que cuatro delitos, al yerno de todo un rey en ejercicio de su alto cargo (Borbón por más señas) por mucho que en este caso se trate de un “rey constitucional” (¡como para hacérselo en su día al rey felón, Fernando VII!), “demócrata”, “campechano” y “salvador de las libertades de todos los españoles”.  Apelativos, dicho sea de paso, que yo no me creo en absoluto, conociendo como conozco al personaje y sabiendo a la perfección (esto sí) como se fraguó su deleznable ascensión al trono de España de la mano de un dictador rebelde y genocida de su propio pueblo, que durante casi cuarenta años gobernó este país como si fuera un cuartel  de La Legión.

Porqué sí, he de reconocer que en algunos momentos puntuales de nuestra desgraciada historia, los vapuleados y míseros ciudadanos de este país han protagonizado sonoros (hoy diríamos, mediáticos) hechos subversivos y de rebeldía antimonárquica: A Isabel II el pueblo, dirigido como siempre por militares en la sombra o a caballo, la echó del trono por “putorra” (la señora era capaz de agotar en una noche a la guardia palaciega en pleno formada en la puerta de su dormitorio) y, años más tarde, a Alfonso XIII,  el pornográfico abuelo del rey actual, lo mandó al exilio también por putero pero, además, por inepto, golpista de salón (Primo de Rivera en lugar de Alfonso Armada) y cobarde. Pero nunca hasta el día de hoy el órdago democrático antimonárquico del pueblo español, que se sepa, había tenido como protagonista a un juez, con la toga bien puesta, desde luego, pero solo un juez. Y, además, actuando solo ante el peligro y sin revólveres al cinto. Aunque también es cierto y conviene decirlo que, desde hace ya bastantes años, algunos ciudadanos de este país, pocos, muy pocos,  republicanos de pro y sin miedo a nada ni a nadie, vienen luchando impertérritos en las barricadas mediáticas de este sistema corrupto para que algún día, lejos ya de borbones golpistas y urdangarines robaperas, la verdadera democracia vuelva a las calles y plazas españolas y encarrile de nuevo a la ciudadanía por la senda de libertad de la que un mal día la sacó abruptamente un dictador sin escrúpulos; con pinta de caribeño, eso sí,  pero con la acreditada mala leche intrínseca propia de los generales golpistas celtibéricos.

Pues ya digo, amigo que me lees con la mano en la cartera y los ojos puestos en la pantalla de tu televisor, ordenador o tablet ya que la calle ha empezado a hervir y no es cosa de que los acontecimientos le pillen a uno en fuera de juego, dejando de lado la historia pasada de este singular país la cosa es que, en este momento, desde luego también histórico, del posfranquismo o del principio del fin de la “modélica transición” del franquismo a la democracia (la verdad es que aquí no ha habido ni transición ni leches), un juez intrépido de Palma investiga al yerno del todavía rey Juan Carlos I y lo ha llamado a declarar como imputado el próximo día 25 de febrero. Al este yerno real, el tal Urdanga, un guaperas ligón de mucho músculo y, parece ser, escaso cerebro, se le sigue la pista por apropiarse de millones de euros de dinero público valiéndose de las regias relaciones familiares que poseía (y todavía posee) el atlético muchacho y, sobre todo, de la carita de buena, de no haber roto un plato en su vida, que poseía (y ahora parece no poseer tanto) la simpática mozuela que le eligió, hace ya algunos años, para que la acompañara en su trayectoria vital y le proporcionara el alimento biológico necesario y suficiente para engendrar rápidamente (como es costumbre ancestral en su conocida y desprestigiada saga familiar) una larga prole de rubios y guapos churumbeles.

Por otra parte, dejando de lado al duque de larga mano y corta decencia, al otro despreciable protagonista de esta historia, al suegro, al patriarca, al sátrapa, al todavía rey Juan Carlos I, asimismo un ligón en su juventud (no conviene olvidar sus “bárbaras” francachelas sexuales con una agraciada señorita de apellido profesional idéntico a su medieval título, grabadas por la sección de producciones televisivas del CESID de la época y todavía no programadas en prime time; todo llegará), no se le investiga de momento de nada, a pesar de que ha cometido tropelías sin cuento y de que de alguna de ellas, como la del 23-F, bastantes millones de ciudadanos europeos, concretamente alemanes, tienen un perfecto conocimiento. No así los españoles que, a pesar de que el Congreso de los Diputados tiene abundantes dossier sobre semejante y ridícula “borbonada” histórica enviados por probos ciudadanos amantes de la verdad, siguen en la inopia más absoluta. ¿No será acaso, me pregunto yo con tristeza infinita, por su alto pasotismo individual, porque los toros, la tele y el fútbol acaparan su cerebro manifiestamente mejorable o porque la escasa producción testosterónica tradicional en la especie carpetovetónica impide que se les suba la sangre a la cabeza hasta que la cosa entra en cauces prerrevolucionarios y a algún Daoiz o Velarde  le sale la vena patriótica y suicida?

Bueno amigos, pues así estamos los españoles a principios de este siglo XXI que acaba de comenzar y en el primer año triunfal del mesías Rajoy, viéndolas venir y dándole cera al bate de béisbol por si pronto tenemos que salir con él a comprar el pan en lugar de con el paraguas. Los que ya le han dado cera a sus porras, abrillantado sus escudos y cargado de pelotas de goma sus cartucheras son los antidisturbios de toda España, con los de Valencia en punta de vanguardia. Pintan bastos en el país y la cosa va a ir a más, sin duda alguna, en los próximos días, semanas y meses pues la Füher Merkel no ceja en su idea de conquistar Europa a golpe, no de panzer divisiones sino de euros, en un momento especialmente propicio para sus imperiales designios. Seguro que lo consigue y si los españoles no nos echamos pronto al monte, aunque sea con una mano delante y otra detrás, acabaremos como los actuales esclavos griegos de la eurozona,  todos aprendiendo alemán a hostia limpia en las escuelas bilingües de la presidenta Aguirre. Que deberán, obviamente, reciclarse en trilingües a la voz de “mar” lanzada al personal con voz ronca, castrense y sumamente autoritaria por el general germano de turno. Aunque yo, la verdad, no sé que será  peor para este país, si un “meteencinturas” a lo bestia de la Merkel o el cada día más sublime y crecido Rajoy capitaneando guardias y empresarios.


http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/monarquia/juan-carlos-y-el-23-f/3749-25-f-jaque-a-una-monarquia-corrupta

domingo, 12 de febrero de 2012

El reformazo del PP, vuelta al franquismo

Una primera lectura de la “reforma laboral” (Reformazo), no indica que se ha vuelto a las relaciones laborales del franquismo. Alguien puede considerar que esta calificación es exagerada, pero si atendemos a los aspectos que subyacen en la letra pequeña –de la que no habla casi nadie- veremos que a partir de ahora los representantes de los trabajadores no podrán interponer recursos contra las decisiones judiciales, y que tendrá que hacerlo cada trabajador individualmente (y esto cuando el patrón ha despedido colectivamente a la plantilla total o parcialmente). Sabido es que en Magistratura de Trabajo Fascista era el trabajador individual quien tenía que actuar, pues los sindicatos de clase no existían.
La segunda razón, es que el empresario o patrón tiene todo el poder en la empresa, bajando unilateralmente el salario a cada trabajador –por que no es productivo- y si no lo acepta se le despide con una indemnización de 20 días por año, lleve el tiempo que lleve en la empresa.
Una tercera razón es la imposición del arbitraje cuando no hay acuerdo en cuanto a los convenios colectivos, sacando del ámbito judicial el acuerdo al que hubieran llegado anteriormente (se extingue de este modo el principio de que el acuerdo entre las partes e ley para las partes, algo que ya hace dos mil años fue recogido en el brocardo: “pacta sum servanda”).
Cuarta razón, se establece un período de prueba de un año, un año sí, un año. Tan tremenda barbaridad es para despedir al trabajador con un coste de cero euros. Sin dar explicaciones, sin motivar el despido.
Quinta, no se negocia el “reformazo”, se utiliza el mecanismo más dictatorial el ordenamiento jurídico: el Decreto-Ley, cuya redacción no se negocia, no se enmienda en su trámite de convalidación. Basta con una mayoría de votos en el Congreso y asegurada esta mayoría ya se convierte en Ley. Este mecanismo legislativo tiene unos límites establecidos en la Constitución de 1978: “en caso extraordinaria y urgente necesidad”. ¿Dónde radica la extraordinariedad, dónde está la urgencia? ¿Por qué no se tramita como Proyecto de Ley y con trámites parlamentarios que permita su debate en Comisión y en el Pleno, dando así voz a todas las fuerzas políticas? Es el ordeno y mando, ya lo hicieron con Javier Arenas como ministro de Trabajo en 2002. Entra en vigor al día siguiente de su publicación (sin vacatio legis). Es, aquí te pillo, aquí te mato. No hay debate, así que no hay ruido. Es un Gobierno autoritario, pues prescinde de la publicidad y debate parlamentario. “Estas son lentejas, y el sol sale por que yo ordeno”. El sol de las relaciones laborales se impone, y no se discuten. Autoritarismo mayor por cuanto es el poder empresarial quien queda legitimado para hacer lo que quiera en la empresa y con los trabajadores. El diálogo social, el Acuerdo interconfederal que negociaron hace unos días ha quedado en papel mojado, ha quedado derogado porque así lo mandado el Gobierno en el Decreto-Ley.
Sexta, se vuelve al franquismo por cuanto se desprecia la negociación colectiva en los niveles superiores a la empresa. Desprecio de los convenios colectivos de sector o de ámbito territorial. Ahora es el patrón a través del mecanismo de “descuelgue” quien impondrá las condiciones de trabajo y salariales. Y si no estás de acuerdo te largas con una indemnización de 20 días por año trabajado. Podemos decir que se acabaron los convenios colectivos que no interesen a los empresarios, y tengo para mí que a los empresarios les molestan los convenios colectivos. La relación será individual –obrero/patrón- vulnerando es principio en que el trabajador era la parte desfavorecida y por tanto de necesaria protección legal. El empresario es el único dios en la empresa, los trabajadores ya no podrán recurrir a los sindicatos para buscar protección. Los sindicatos –con todas sus debilidades y errores- han muerto. Ya no son interlocutores en las relaciones laborales. Si hacían –y de eso nos quejamos hasta hoy- ahora ya no pintan nada. La siguiente arremetida será contra el derecho de huelga. Ya han dicho: “el derecho de huelga vulnera el interés general” (Durán y Lleida, burguesía catalana). Los sindicatos tendrán exclusivamente el poder que quiera el empresario, pues cuando no este no esté acuerdo, sencillamente despide a los trabajadores, establece las condiciones sustanciales de trabajo, implanta el salario a su capricho (incluso puede imponer un salario discriminado para cada trabajador aún teniendo la misma categoría por la sencilla declaración de que “no eres productivo”).
Séptima, se carga el artículo 40.2 de la Constitución, al anular la –hasta ahora- necesaria intervención de los poderes públicos en las relaciones entre trabajadores y empresarios. Han establecido el ERE exprés, sin necesidad de intervención administrativa, y se deja en manos del empresario echar a toda la plantilla con una indemnización de 20 días por año. A partir de aquí pueden tranquilamente disolver el Ministerio de Trabajo, pues todo el poder para el patrón significa que en nada tiene intervenir el poder público. Este es el paraíso empresarial. Ningún control administrativo es igual a “haré lo me dé la gana”. Volverán por este camino las mismas relaciones que había justo hace cien años. El autoritario Gobierno de Rajoy ha seguido los dictados de la ultraderecha política y económica guarecida detrás de Aznar. Adiós al artículo 37 de la Constitución, que habla de la negociación colectiva como fuente del derecho laboral.
Octava, se ha dicho adiós al principio de derechos adquiridos. Esto es el colmo, pues sólo los trabajadores que tienen contrato desde hace 28 años (en 1984) serán los que cobren –y serán los únicos- la indemnización de 45 días por año trabajado con el límite de las 42 mensualidades. Adiós también a la prohibición de la irretroactividad. Los demás trabajadores ni lo sueñen. Se va reduciendo hasta que llegamos a los trabajadores que tienen contrato de trabajo desde 1996, y estos cobrarán la indemnización de 33 días por año hasta el máximo de 24 mensualidades.
Novena, han destruido los principios de norma más favorable y el de condición más beneficiosa. Ya no será el Convenio Colectivo la norma preferente para dirimir enfrentamientos entre empresarios y trabajadores. Pues solamente se tendrá en cuenta los que decida el empresario, como nueva fuente del derecho laboral se impone “la decisión empresarial de carácter colectivo”. Vulnera de un modo claro el derecho fundamental 28 de la CE en que se reconoce la libertad de acción sindical (LOLS). A partir de aquí ¿para qué servirá la acción sindical?.
En resumen –aunque de este reformazo seguiremos hablando-, es un retroceso en las relaciones laborales, sencillamente porque ya no existen “relaciones”, los trabajadores y sus representantes han perdido toda capacidad de negociación. Ahora es obedecer o marcharse de la empresa. Considerada en su justa medida la nueva realidad nos retrotrae a los tiempos anteriores a la II República. Cuestiones como el descuelgue unilateral de la empresa; el establecimiento de la discriminación salarial en la misma categoría; el hecho de que ya no se pueda invocar el convenio colectivo como fuente del derecho; el fin de principios que hasta ahora eran intocables: derechos adquiridos, norma más favorable, condición más beneficiosa, han desparecido por arte de birlibirloque. La extrajudicialidad de los conflictos colectivos. La elevación de las ETT a la categoría de Agencias de Colocación. El ERE exprés, indiscutible para el empresario. El periodo de prueba de un año para los contratos indefinidos. Y más.
La clase dominante ya no esconde su triunfo, no guarda ni las formas. Considera que la clase obrera no existe como clase organizada, y después de instaurar el miedo como armas de destrucción de conciencias, se atreven a imponer por vía de Decreto una modificación de las relaciones laborales en que aparecen como lo que son: explotadores de la fuerza de trabajo. Capital y trabajo, esta lucha antitética, se ha resuelto de momento a favor del capital. Los sindicatos oficiales ya no pintan absolutamente nada en el ámbito de las empresas. Fin del sindicalismo oficial, solamente sobrevivirán los sindicatos de clase capaces de enfrentarse al poder del capital.

domingo, 5 de febrero de 2012

Comunicado de Red Roja: Si 'no nos representan' urge construir la Alternativa

El acuerdo de CC.OO. y UGT con la CEOE del pasado 26 de enero sirve prioritariamente a un objetivo vital para las clases dominantes: poner plomo en las alas de la capacidad de resistencia y de lucha de la clase obrera. En concreto, ante la brutal reforma laboral que apruebe el PP el próximo 10 de febrero, no hay mejor anestesia que este acuerdo que inmola salarios y derechos en sagrado altar de la competitividad y de la total hegemonía del capital.
Parecía difícil que CC.OO. y UGT consiguieran alcanzar cotas aún mayores de enfangamiento en el ejercicio de su supuesta representación de los intereses de l@s trabajadores, que es lo que justifica su existencia. Han firmando el enésimo ataque a los derechos de la clase obrera.
Las devastadoras reformas laborales del anterior gobierno del PSOE fueron respondidas por CC.OO. y UGT con la huelga general del 29S de 2010 convocada tres meses después de aprobada y que puede calificarse de pírrica, porque implicó mayores daños para la clase obrera – una nueva derrota y más debilitamiento – que a la patronal y al gobierno, que pudieron comprobar que no había obstáculos de envergadura para sus planes.
Que esa huelga se convocó a regañadientes y apostando al fracaso lo demostró la infame decisión de ambos sindicatos de firmar tres meses después con el gobierno una histórica victoria de la patronal: la contrarreforma de las pensiones.
Ahora, mientras la hecatombe de despidos masivos – 5,4 millones de trabajador@s, de los que la mitad llevan más de un año buscando empleo y 750.000, dos o más – de desahucios, de privatizaciones, de recortes sociales y de subidas de precios se abate sobre la clase obrera, los que se llaman “sindicatos de clase” pactan con la patronal un nuevo recorte de salarios y derechos.
Los contenidos del acuerdo son los siguientes:
  • Se suspende el acuerdo que preveía incrementos en las retribuciones de entre el 1,5 y el 2,5% en 2012. Las subidas salariares serán del 0.5% en 2012 y del 0,6% en 2013 y 2014. Sólo en el más que improbable caso de que el PIB crezca más del 1%, cuando la recesión está más que asegurada, los salarios crecerían el 1%.
  • Como la inflación (IPC) prevista es del 2%, cada año habría una pérdida de poder adquisitivo, acumulada, del 1,5%. Si el IPC de la UE y el del Estado español supera el 2% se establece una cláusula de revisión salarial por la diferencia entre ese 2% y el más bajo de los dos anteriores. A quien respire aliviado porque al menos algo se tiene en cuenta la subida de los precios hay que recordarle que, ante unas previsiones subida del petróleo hasta del 30% como consecuencia de las sanciones impuestas por la UE a Irán, el acuerde incluye una cláusula por la que si el barril de Breen incrementa su precio más del 10% se deducirá esta subida del valor del IPC.
  • Aunque se habla de “esfuerzos” por ambas partes, es sólo para decorar titulares en los medios de comunicación ya que no se establece el más mínimo control obrero, ni límite alguno sobre los beneficios empresariales repartidos.
  • Se permite a las empresas no aplicar acuerdos previos contenidos en convenios vigentes, relativos a turnos, horarios, funciones, etc.
  • Se avanza decisivamente en la adaptación de las condiciones de trabajo a loas intereses del patrón:
- El empresario puede distribuir libremente el 10% de la jornada anual más 40 horas anuales.
- Movilidad funcional sólo limitada por la exigencia de una titulación determinada para la actividad correspondiente.
- Si las necesidades del patrón así lo exigen los convenios pueden incluir cláusulas de mayor flexibilidad.

¿Por qué han firmado este acuerdo?

  • CC.00. y UGT comparten el discurso político y la posición de clase de la patronal según la cual la salida de la crisis depende de que los empresarios creen empleo y de la competitividad. Según ellos sólo será posible salir si se reducen drásticamente salarios y derechos laborales.
  • Cuando no queda el menor atisbo de conciencia de clase o, peor aún, cuando se conocen perfectamente los feroces términos de la lucha de clases pero se prefiere mirar para otro lado porque es más rentable, las consecuencias vienen rodadas. Como la pertenencia al euro impide devaluar la moneda para abaratar las exportaciones y formar parte de la moneda única es sagrado, lo que las clases dominantes pretenden llevar a cabo con la cooperación vital de los “sindicatos de clase” es una brutal degradación de las condiciones de vida y de trabajo para reducir costes.
  • Niegan la evidencia de que no hay perspectiva alguna de solución de una crisis que es global, que afecta a los cimientos mismos del capitalismo y que no ofrece salida alguna dentro de él. Un indicador entre muchos señala el camino hacia el abismo. La evolución del índice de producción industrial en los meses finales de 2011 fue la siguiente: agosto + 0,6%, septiembre – 1,4%, octubre – 4,2%, noviembre – 7%.
    • Ocultan que los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP han puesto cientos de miles de millones de euros de dinero público, directamente o como regalos fiscales, a disposición de la banca, de las grandes inmobiliarias, automovilísticas, armamentistas, y de las empresas de la sanidad y educación privadas. El esperpéntico resultado ha sido convertir una gigantesca deuda privada en deuda pública. Mientras, el Estado paga intereses de hasta el 7% a una banca privada que, a su vez, obtiene dinero del BCE al 1%, que después lo guarda sin dar créditos y que estamos financiando l@s trabjador@s. Una nueva remesa de dinero público se prepara absorber los créditos basura y para privatizar las cajas de ahorro.
    • Silencian que la sanidad y la educación pública se degradan progresivamente, van desapareciendo los servicios sociales, a cientos de miles se les van acabando las prestaciones por desempleo al tiempo que pierden la vivienda por desahucio y los productos de primera necesidad se encarecen ilimitadamente (alimentos, transportes, luz, agua, ...etc.). Las trabajadoras y trabajadores nos vemos atrapad@s en un infernal engranaje de expropiación de rentas y derechos a mayor gloria de la gran burguesía. La exhibición desvergonzada del reparto multimillonario de beneficios y prebendas, de la corrupción política y empresarial generalizada, de aumento de gastos militares y de policía, de los ingentes fondos públicos destinados a la iglesia y a la casa real, etc., va de la mano del mayor exponente del drama diario de millones de personas: el incremento espectacular de la tasa de suicidio.

    ¿Qué hacer?

    1º.- Trabajar intensa y organizadamente junto con el sindicalismo de de clase (sin comillas) para preparar las mayores movilizaciones para el día en que el Gobierno apruebe la Reforma Laboral, previsiblemente el 10 de febrero.
    2º.- Respaldar y difundir los importantes acuerdos alcanzados en la reunión de ámbito estatal del sindicalismo de clase, celebrada el 21 de enero pasado1, especialmente la jornada de movilización general para el mes de marzo.
    3º.- Apoyar con todas las fuerzas y recursos a nuestro alcance las luchas obreras que se produzcan. Contribuir a extenderlas y a unirlas. Nadie que luche debe estar sól@.
    4º.- Saber que es una pelea larga, de corredor@s de fondo, que hay mucho que reorganizar y reconstruir; lo más importante: la conciencia de clase y la confianza en las propias fuerzas. Para Red Roja es prioritario extender incansablemente la organización asamblearia y el reforzamiento de la unidad del sindicalismo de clase. Nadie con un mínimo nivel de conciencia puede estar desorganizado. Y, sobre todo, saber que nada vendrá de las direcciones de CC.OO. y UGT que sirva para fortalecer la lucha obrera.
    5º.- Acelerar los procesos de confluencia de organizaciones políticas y sociales, en torno a mínimos acuerdos programáticos que abran una perspectiva de alternativa general y que afirme con rotundidad que lo importante no es el partido que gobierne, sino la clase que tenga el poder.