domingo, 25 de marzo de 2012

España necesita una "República"

A pocos días de la Huelga General, ésta se enfrenta a un problema tradicional en España: la falta de voluntad popular de avanzar, la debilidad ideológica de los azotados por el neoliberalismo.
De cara a la Huelga General del 29 de marzo, veo necesario hacer una pequeña reflexión de la situación en España para así destacar los problemas a los que ha de enfrentarse el movimiento obrero de hoy en día.

Actualmente nos encontramos en una situación por un lado crítica y por otro, favorable. El Gobierno de Mariano Rajoy sigue a pies juntillas los dictados neoliberales de la Unión Europea, más conocida como Eje Franco-germano, derruyendo con burguesa artillería el débil muro que otorgaba una escasa protección a la clase trabajadora ahora obligada a cargar contra el enemigo o morir. La insaciable artillería ha disparado el proyectil denominado "Reforma laboral" contra este endeble muro llamado "derechos de los trabajadores" y a partir del 25 de marzo, cambiará la munición por otra de un calibre nunca visto, "los Grandes Recortes". Así pues, los trabajadores se encuentran a punto de retornar al siglo XIX con esta escalofriante Reforma Laboral que contra toda lógica pretende crear puestos de trabajo fomentando el despido libre entre otras medidas. El panorama democrático, siempre desolador en España, se asemeja en estos días a la visión de Sodoma y Gomorra tras la visita del arcángel Gabriel, una metáfora bíblica que entenderán los supuestos "protectores" de los derechos de la mujer a base de poner trabas al aborto y aportar dificultades económicas y sociales a aquellas valientes que se atreven a ser madres.  Pero volvamos al aspecto democrático tras este paréntesis. Ese Jefe de Estado esperpéntico de dudosa legalidad, pilar de su propio sistema, se queda dormido ante las cámaras para después afirmar que "el paro juvenil me quita el sueño" mientras los Partidos de este sistema, sin prestar atención a las manifestaciones del pueblo,  han realizado y realizan importantes ofensivas, figuradas y no tan figuradas, contra la juventud que ve su futuro más negro y desesperanzador. Queda constatada su decadencia física y política y por lo tanto, la del antidemocrático sistema juancarlista. En lo social, la población aún no ha respondido como debiera a estos ataques, posiblemente porque aún encuentra consuelo en la amplia gama de "opios del pueblo" que se le ofrece. La política le es ajena y aburrida como una tarde/noche sin "Sálvame" o sin "Gran Hermano".

Sin embargo, como ya he dicho antes, esto también nos hace hallarnos en una situación favorable. El Gobierno neoliberal, a pesar de la campaña mediática, se va desprestigiando más cada día gracias a sus recortes y muchos de los que, inconscientemente, les votaron, ahora se arrepienten e incluso poco a poco se dan cuenta del fracaso del sistema capitalista. Un malestar social recorre España, un caldo revolucionario esperando ser cocinado.  La confianza en los Partidos del régimen alcanza su punto más bajo, la corrupción empieza a ser intolerable para la ciudadanía, que observa cómo campa libremente en este país llamado "tierra de conejos" por los fenicios que sin duda cambiarían este nombre por "tierra de bandidos". Una corrupción que toca el pilar del sistema juancarlista, la Monarquía, que nos intentan presentar como un espejo sin mácula, puro y reluciente ahora manchado públicamente por el Duque de Palma y cuya popularidad está de capa caída, cosa imprescindible para la crítica plantar la semilla revolucionaria entre la población. El descenso del nivel adquisitivo complica la tarea de los "opios del pueblo" que pronto no podrán apaciguar al obrero en paro ni al que malgasta o malgastará su vida en trabajos esclavos de 15 horas por 700€ como sucede en Alemania. La conciencia de clase, lentamente, comienza a germinar.
Esta Huelga General será el inicio de una oleada de protesta social de clase que irá en aumento, siendo una oportunidad a su vez para el cambio, la alternativa a las medidas neoliberales. Pero muchos, sin concienciar, preguntan: ¿Estamos protestando contra la única solución, aunque dolorosa, a la crisis? ¿No es algo pueril criticarla sin ofrecer otra solución?. A eso pretendo llegar. No podemos salir a la calle sin soluciones pues esto nos dejaría en una debilidad ideológica peligrosa sobre todo si queremos llevar a cabo una Huelga General indefinida que evidentemente desatará una campaña mediática contra ella incapaz de ser resistida por el débil movimiento sindical. Pero ya hay soluciones, ese no es el problema de la debilidad ideológica. Falta la voluntad mayoritaria de "quererlas".

España necesita una "República". Y, ¿qué es una república?. Por definición un sistema político en el que no hay Rey. Pero, ¿no son países como Francia e Italia unas repúblicas y sufren igual que nosotros el azote del neoliberalismo? Sí, pero yo me refiero al término español de "República". Ergo, ¿qué es para España una "República"? A lo largo de su historia, España ha vivido etapas históricas en las que el pueblo ha demostrado su rechazo al sistema imperante anhelando un cambio político que les concediese la plena capacidad de decisión y por lo tanto, se hiciesen políticas favorables a la colectividad. Estos sueños, esta voluntad de avanzar, se plasmaron por ejemplo durante la Segunda República, iniciándose  grandes planes que desafiaban a la burguesía y a las demás clases dominantes. Fue, en definitiva, una muestra de cómo el pueblo estaba dispuesto a plantar cara a sus enemigos.
Ha llegado la hora de recuperar esa voluntad de avanzar, ese impulso político y social, de librarnos de los viejos prejuicios de la ideología capitalista para superar este sistema y dejar de ver como "extremistas" las soluciones en beneficio del obrero, hundiendo las medidas neoliberales en el más profundo olvido. ¿Debemos expropiar a la Banca, la gran lacra económica, para formar una Banca pública que dé crédito a autónomas y contribuya a llevar a cabo planes económicos por parte del Estado para transformar el modelo productivo de España? Sí, luego se expropia. ¿Debemos finalizar el sistema político juancarlista para edificar una democracia directa y participativa, aguillotinadora de la corrupción, con mecanismos similares a los puestos en marcha en Paterna como el Poder Popular basados en la Asamblea? Sí, luego se finaliza y se crean. Y además, se plasman en una nueva Constitución democrática. ¿Debemos construir una nueva sociedad, igualitaria en todos los sentidos, amiga y amante de la cultura, por encima de los "opios del pueblo", solidaria, concienciada y participativa en los asuntos públicos? Sí, luego se construye.
Cuando marchemos el 29 de marzo a la Huelga iremos a luchar por nuestros derechos pero sobre todo hemos de hacerlo por recuperar la mayoritaria voluntad popular de avanzar, de alcanzar la fase histórica española de "República". Ya tenemos muchas ideas y propuestas, quizá demasiadas. Ahora se trata de conseguir que el pueblo, huérfano de conciencia, quiera llevarlas a cabo.


http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/iii-republica/3970-espana-necesita-una-qrepublicaq

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